Hosting web, ¿qué criterios hay que tener en cuenta?

Cuando se ha pensado en un blog, una web, o un sitio en Internet, lo primero que hay que tener claro es que se necesita un hosting web ¿Qué es? Sencillo, un lugar donde alojar el contenido. Para los que están acostumbrados a moverse por Internet este aspecto no tiene mayor misterio. Si no es tu caso, deberás ponerte manos a la obra y ampliar conocimientos para saber elegir el alojamiento que realmente necesitas, ya que tanto las prestaciones como los servicios y, por supuesto, el precio pueden variar de manera considerable.

Los alojamientos web se encuentran en un servidor. Cuando una persona contrata un hosting lo que contrata es una pequeña parte de disco duro, espacio que le servirá para publicar la web, subir archivos, etc.

Aquí empiezan las diferencias, porque los alojamientos web son todo un mundo. Nos centraremos en los más sencillos, en los compartidos. Pero el análisis de las necesidades de tu web te dirá si es la mejor solución o debes buscar otra que te ofrezca más posibilidades y prestaciones.

¿Qué hay que valorar antes de contratar un hosting?

Siempre dependerá de lo que necesites. Si se trata de un blog sencillo sin más aspiraciones, que en principio tendrá poco tráfico y no necesitará funciones o programas muy específicos, lo mejor es empezar por la gama más baja de hosting compartido. Tendrás lo mínimo, pero siempre puedes ir ampliando o cambiar de alojamiento si tu blog es un gran éxito o si quieres emprender algún otro proyecto.

El problema es que muchas veces este tipo de alojamientos no ofrecen muchas garantías y es posible que tu web acabe sufriendo problemas de funcionamiento que te pueden dar más de un quebradero de cabeza.

En caso de no querer arriesgarte puedes buscar un hosting de gama un poco más alta. Pagarás algo más, pero a cambio tendrás más capacidad, más prestaciones y más seguridad. Para comenzar es una buena opción.

Es importante que tengas muy claro que cuando se habla de alojamientos compartidos existe el problema de la interdependencia, es decir, un uso inadecuado por parte de uno de los usuarios puede repercutir en los demás. Por ejemplo, agotando los recursos disponibles. Tampoco hay que olvidar que, al ser un servidor al que distintos usuarios tienen acceso, la seguridad no está tan garantizada como en otro tipo de alojamientos no compartidos.

En cualquier caso, debes dedicar algo de tiempo para valorar exactamente qué es lo que necesitas y hasta qué punto te compensa ahorrar o gastar algo más. Una mala elección del hosting puede acabar llevando al desastre a esa página que, con tanto empeño has puesto en marcha.

 

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